Ser el mismo Valencia en casa que fuera, el gran reto
Debe ser el gran objetivo del entrenador, porque el diferencial de lo que quede de año pasa sin duda por ese aspecto

Que haya dos caras tan distintas del Valencia en casa y fuera es algo digno de estudio. Siempre se suelen sacar más puntos como local que como visitantes, salvo algunas exenciones puntuales, pero es que lo que nos viene pasando en todo el curso es algo que no tiene sentido, que explica en parte lo que nos pasa, y que, desde luego, llega al punto de sonrojarnos, porque ni los que ya vamos tirando para viejos recordamos algo igual.
Sólo hay dos equipos peores que nosotros a domicilio, el Espanyol con 2 puntos, y el Valladolid, colista “destacado”, con 3, en una única victoria. El Celta tiene 5, pero en Balaídos suma 23 de 26, que en las posiciones bajas de la tabla implica estar en media tabla en el peor de los casos.
Pero más allá de los números, que nos los sabemos, el tema son los sensaciones, que seamos tan distintos, que en casa mordamos y que fuera demos lástima incluso más de una vez. Son los mismos jugadores, el mismo sistema, las mismas carencias, las mismas virtudes… Lo de Sevilla parecía que cambiaba la cara, pero el 7-1 de Barcelona nos dejó a todos helados, que no tocados, afortunadamente.
Que seamos los mismo no tiene que ser tan complicado, o sí, visto lo visto, y tenemos la primera oportunidad de cambiar las tornas este sábado en la Cerámica. Competir, ser fuertes, tener ideas claras y llevarlas a cabo, como hacemos en Mestalla, sin dudas, sin miedos, sin esa flojera que tenemos cada vez que nos pasa algo, que nos disuelve como si fuéramos un azucarillo. Esto tiene que cambiar, tiene que cambiar ya, y hoy es una ocasión tan buena como cualquier otra.