Cuando mezclarlo todo sale a cuenta en el Valencia
El club es una cosa y el máximo accionista, lo repito de nuevo, y no se puede caer en esa trampa de ninguna de las maneras
Peter Lim, gracias a Dios, no es el Valencia. Si le queremos poner a parir, con toda la razón del mundo, le ponemos a parir a él, no al club. Si se quiere, es muy fácil de entender. Lo he dicho muchas veces, y no me voy a cansar de repetirlo, porque es así, le demos las vueltas que queramos darle. Y sí, mezclarlo puede resultar muy tentador, y para algunos hasta conveniente, pero no, las cosas no son así, y por más calientes que estemos, debemos tenerlo claro.
Peter Lim es lo que es, lo sabemos perfectamente y desde hace ya varios años, no creo que a nadie le coja por sorpresa. Quien ahora esté sorprendido, no lo puedo entender, aunque comprendo perfectamente al que esté cabreado, porque no ha tenido mano izquierda ni con una tragedia como la que hemos vivido estos días atrás. Se le dice a él, se le pone a caer como un burrro a él, pero al Valencia se le deja tranquilo, porque no tiene la culpa de cómo es este señor.
Peter Lim es un dolor de muelas que se saca vendiendo el club, y la indignación, por muy grande y justificada que sea, no acelera ningún proceso. El club hay que ponerlo en valor, que sea atractivo para un comprador, y cuando eso pase, que este señor sea historia, historia negra. Nada más. Lo demás es calentarnos para no llegar a ninguna parte y, sobre todo, perder energías en lo que tiene que ser la búsqueda del único objetivo real que podemos tener ahora.