“Entiendo absolutamente que la afición del Valencia esté cabreada, pero me siento respetado, valorado por ellos. Lógicamente, yo tengo hijos y me enfado con ellos, pero los apoyo y empujo y eso creo que va a hacer la afición del Valencia CF. Es la percepción que tengo y nos van apoyar. Me siento con la fuerza y convicción de cambiar la situación”. Las palabras de Baraja no pueden ser más claras, más concisas, más sinceras y más lógicas.
El Pipo puede ser mejor o peor, le pueden salir bien o mal las cosas, pero sabe dónde está, lo que debe hacer, lo que se tiene que hacer: "si las cosas no salen, el primer responsable soy yo y estoy aquí de pie para aguantar o soportar la presión que supone estar en el momento en el que estamos. Esto es fútbol y a través del trabajo y el compromiso, el equipo puede cambiar la situación”. Pero con todo y con eso, los resultados mandan, seguro.
Ser su amigo en estos casos te deja en una posición débil, porque cualquier cosa que se diga puede parecer una excusa, y él ni las busca ni las quiere. Lo único que se pide es que el compromiso no se ponga en duda, que no vengamos con que se aferra a su contrato, que sólo está aquí por el dinero... Baraja no necesita el dinero del Valencia para vivir, gracias a Dios. Vamos a apretar todos, a empujar todos, y a sacar esto adelante, que es lo importante.