Días de ajustes de cuentas en el entorno del Valencia, era evidente
Todo es un desastre, donde mires hay desolación, y algunos lo están aprovechando de una forma mucho más que vergonzosa

En el entorno del Valencia se estila, y mucho, eso del ajuste de cuentas. Cada derrota del equipo, y más ahora siendo colistas, hacen que determinados sectores señalen, de forma descarnada, a todos aquellos que no piensan como ellos. Es como si hubiera valencianistas contentos con estar como estamos, y que sólo aquellos que son los guardianes de la moral pudieran estar tocados, enfadados o despotricando como si no hubiera un mañana.
Aquí hay un solo culpable, Peter Lim, y desde 2020, que no 2019, no hay un solo valencianista, ni uno, que defienda su gestión. Repetir muchas veces que pasa lo contrario está bien, pero vaya, sólo es una mentira en la que se reincide. El año pasado todo era silencio, porque el equipo iba bien, aunque la gestión fuera la misma, porque al frente estaba el mismo. Ahora no, ahora se ha dado la tormenta perfecta, y eso ayuda a lo del ajuste de cuentas.
Lo de llamar a nadie colaboracionista me parece de una bajeza terrible, muy triste, porque es una barbaridad de tal tamaño que da miedo, mucho miedo. Nos estamos equivocando de enemigo, como ha pasado siempre, y tengo claro que nadie se va a mover de su posición, porque dar su brazo a torcer es algo que no se contempla. No, así no, pero lo que yo diga, lo que nadie diga, va a dar exactamente igual, porque ya está abierta la veda.