Qué demonios es poner en valor al Valencia, a la SAD

Es algo muy sencillo si queremos hacer las cosas de verdad fáciles, que es algo que no tengo nada claro hace tiempo

Toni Hernández | 27 SEPT. 2024 | 00:01
Mestalla

Me preguntaban hace unos días que a quién beneficia irse al Nuevo Mestalla. Y como se me ocurrió decir que al Valencia, porque así es, el tema se me giró en unas condiciones que resumen todo lo anterior: “como parece que no te atreves a decir a quien beneficia, por lo que sea, ya te lo digo yo.  Beneficia a Lim, que ve cómo se incrementa el valor de sus acciones, y beneficia a los especuladores que quieren hacer negocio.  Al Valencia le beneficiaría si tuviéramos un inversor serio”. 

Es decir, que Lim era todo lo que era, y lo es, por no acabar el campo, y ahora también lo es, pero porque no se queda en el actual estadio. Pero es que hay más, porque aquí siempre hay más. Y es que claro, ahora nos queremos atar a la que ha sido siempre nuestra casa, por mil motivos con los que nos va la vida… peeeeeeero, si hubiera un proyecto como el de 2006, que todos sabemos que es absolutamente inviable, o un inversor serio, entonces ya sí nos podemos ir, y en ese momento, los recuerdos, la verticalidad de Mestalla, la parte de nuestras vidas y todo lo demás, pues ya entonces menos, claro.

No voy a decirle a nadie lo que tiene que pensar o decir, porque si me molestan que me lo hagan a mí, y pasa casi a diario, no voy a caer yo en la misma trampa. Pero igual habría que pensar en los 150 millones invertidos en el futuro campo, en que eso de recalificarlo ahora (los terrenos de la avenida de Cortes Valencianas) sería “beneficiar a Lim”, que no está nada claro en el actual campo cupiera todo lo que hace falta para que sea explotable a los mismos niveles, o que ni siquiera fuera posible a todos los niveles, el económico para empezar. 

Pero repito mi argumento, y de ahí no me baja nadie. Con Lim hay mucha gente que está cómoda, que tiene su sitio, su trascendencia, su peso en el entorno, y a eso no piensa renunciar de ninguna de las maneras. Y si para ello hay que pensar negro por la mañana, blanco por la tarde, y por la noche no hay ni que pensar, pues no hay problema, “palante”. Aunque así, lógicamente, el que pierde es el de siempre: el Valencia.