Cuando Mestalla pasó de ser un “bunyol” a sagrado

Cuando Paco Roig remodeló Mestalla fue insultado de todos los modos posibles. El campo recibió el nombre de “bunyol”, y durante años fue motivo de burla constante. Los que tenemos algo de edad, y memoria, eso lo recordamos bien, y por eso, ahora, cuando escuchamos y leemos todo lo que se dice del campo, no podemos por menos que sonreír.

Por decirlo de un modo fino y agradable, porque claro, yo en aquellos años no vi a nadie hablar de la mística de Mestalla, de su verticalidad, de su color, de su calor, de todo lo bueno que hacía, que es lo mismo que ahora… 

Cuando a las cosas no le ponemos perspectiva ni contexto, que es algo que aquí nos sale como muy natural, y es muy peligroso, puede parecer que todo haya sido siempre de cierta manera, y no, ni mucho menos. A Paco Roig hay que darle las gracias por muchas, pero por muchas, aunque haya gente a la que eso le pueda dar un mal.

Lo curioso, repito, es que aquella obra, que recibió una cantidad de palos descomunal, pero que dejaba a Mestalla donde estaba, ha pasado de ser odiada a ser idolatrada, y todo ello cuando el contexto de las cosas ha ido cambiando.

Porque insisto, una vez más, que en esta ciudad nunca es el qué, sino el quién, y como eso ha sido así toda la vida, cuando echas la vista atrás y recuerdas algunas cosas, te tienes que reír, y otros al menos avergonzarse, aunque lo segundo tengo muy claro que no pasará jamás. Sólo faltaba, nada menos que decir un día que se han equivocado, qué locuras…