¿Una nueva forma de jugar para el Valencia?
Puede que los futbolistas no cambien, quizá algún retoque, pero la disposición puede ser un tanto diferente, buscando otras cosas

¿El Valencia le va a jugar al Celta igual que el Barcelona? Es una pregunta que planea en el aire, porque lo cierto es que, aunque sean dos equipos muy distintos, la disposición de los de Baraja igual no cambia tanto... ¿o si? El resultado final del primer partido desluce muchas de las cosas buenas que se hicieron, con una primera mitad brillante en la que, con un poco más de tino cara a puerta, es posible que pudiéramos estar hablando de otro marcador final.
El juego por fuera es algo esencial para este equipo, y seguimos sin poder contar con un solo extremo puro. Por eso, lo que hagan los laterales, en combinación con los interiores que caen a banda en momentos determinados, y ese juego que aporten los puntas que caen a los costados, es vital para que se pueda hacer peligro. Y todo basándose en una presión alta, no tanto por la altura del campo, que depende del momento también, sino del despliegue físico.
Y aquí es donde nos encontramos con dificultades, con carencias, que el Pipo debe tapar o al menos disimular. Lo que pasó contra el Barcelona, entre otras cosas, es que cuando hubo que dar un cambio de ritmo, nos faltaron piernas y también banquillo. La sensación es que en el minuto 65-70 no dábamos más, y eso condicionaba cualquier decisión. También es verdad que, por nuestro estilo, con marcador en contra nos cuesta más, y es por ello que cambiar algo, veremos el qué, no es algo descabellado.