Rubén Baraja, el líder del Valencia
El Pipo es en quien confío, en el que deposito mis esperanzas, al que confío todo lo relacionado con mi club, y hasta un poco más que eso

Todas las esperanzas del Valencia están puestas en Rubén Baraja. Todas. Y en este caso voy a hablar sólo de mí mismo, aunque intuyo que no estoy sólo con esta forma de pensar. El sábado arranca el curso, y posiblemente una cantidad de sufrimiento enorme, muy grande, o al menos así es como lo veo ahora mismo, que ojalá luego sea incluso menos del que tuvimos el año pasado. Las sensaciones son las que son, pero el balón siempre manda.
Veo al Pipo tranquilo, porque es tranquilo, aunque por supuesto sabiendo muy bien lo que hay, y haciendo algo de lo que tendríamos que tomar ejemplo, y lo he dicho muchas veces: preocuparse sólo de las cosas que dependen de él. Tiene claro que las fuerzas deben centrarse en lo que suma, y en lo que no, el desgaste debe ser mínimo, o mejor aún absolutamente cero. Y también tiene claro que eso hay a quien no le gusta, pero él es así. Y no va a cambiar.
Montar un show en cada rueda de prensa que tenga es una opción, que muchos escogerían, y que serían muy libres de hacerlo. Lo que me pregunto cada vez sale este asunto es lo que se pretende conseguir cuando se exige esto, o si pensamos que va a ser una acción/reacción como toda la vida. Y aunque me duele igual que a cualquiera, tengo muy claro que eso no es así. Y Baraja también. Podría haber forzado mil veces para que le echaran de aquí, pero eligió pelear. Que cada uno haga lo que quiera, pero respetando.