Ser Miguel Ángel Corona en el Valencia de Peter Lim

Si hay alguien que no quisiera ser en el Valencia ese es Miguel Ángel Corona. Llevo sin hablar con él muchos meses, y en los dos últimos años creo que han sido un par de ocasiones, y por WhatsApp. Alguno tiene obsesión con llamarle amigo mío, que no lo es, aunque no voy a decir que no tengamos una buena relación personal, porque eso es así desde mucho antes que viniera al Valencia.

El manchego es el blanco perfecto de todos los palos relacionados con las cuestiones deportivas del club, pero no por ser el director de fútbol, sino porque le hemos convertido, en la ciudad, en la persona que decide lo que se hace y lo que no, como si de verdad eso fuera así. Dijera lo que dijera en la presentación de Dani Gómez, en referencia a Javi Guerra, se iba a tomar como se quisiera, y no iba a importar.”Ante una situación transparentemente explicada sobre la situación económica, deudas...

Rechazar ofertas por jugadores por muchos millones de euros es también invertir en el rendimiento de la plantilla”, decía Corona, y si estuviéramos en un club “normal”, eso que se dice tantas veces, sería hasta bienvenido.

El problema es que sale de dentro de un Valencia que es muy débil, que da igual qué mensaje lance, y que sobre todo, si lo hacen determinados perfiles, es peor el remedio que la enfermedad. No entro, para nada, en la labor de Corona, que eso se hará el 1 de septiembre, y siempre con lo que le deje hacer Peter Lim, pero es obvio que estar en su piel es algo mucho más que desagradable, y que encima no tiene ningún viso de que pueda mejorar. Es más, la sensación es que la cosa va a ir a peor incluso.