La calma de Baraja, el valor más grande del Valencia
Está tranquilo, trabajando, sabiendo que no es momento de hacer análisis de nada, que eso ya llegará, y transmite calma

El Valencia, de Singapur, debe respetar a Rubén Baraja. Lo hemos dicho varias veces en los últimos tiempos, les ha tocado la lotería con el Pipo en todos los sentidos, y sólo por eso ya debería haber un trato que fuera muy distinto. Por todo, en todos los sentidos.
Porque el respeto también es renovar un contrato que estaba hecho hace meses sin tardar tanto, firmar unos jugadores que son asequibles, no vender algunos que sería un error hacerlo y, en definitiva, hacer un poco de caso, de verdad, al tipo que apagó el mayor incendio de la historia de esta santa casa desde el año 1986.
Porque todo eso lo ha conseguido sin guerras, sin gritos, sin amenazas, sin shows, simplemente con trabajo y sentido común, y mucho valencianismo, eso de lo que tanto se presume a veces pero que se echa en falta en demasiadas ocasiones.
Por eso Meriton no puede estar más tiempo quieto y callado, porque hay que espabilar, moverse, tomar decisiones, avanzar y buscar un camino que nos lleve a ser de nuevo un equipo potente. Y todo ello con la dirección del Pipo, que es el mejor capitán de barco que podamos tener, al que se le valora muy poco para todo lo bueno que hace, y que no es ponga al Valencia por encima de cualquier otra cosa, es que sólo considera a su equipo para continuar con su carrera como entrenador. El respeto empieza por cosas muy básicas, muy sencillas, y es mucho más fácil de lo que pueda parecer.