Pasión por el Valencia de Baraja
La ilusión, a pesar de los pesares, sigue intacta, hay muchas ganas de ver al equipo, y eso quiere decir muchas cosas buenas

Hay un relevo generacional en el entorno del Valencia muy claro. Y eso es bueno, muy bueno, porque, por un lado, significa que el legado está a salvo, y por otro, que la pasión y la ilusión por este escudo, a pesar de los pesares, están como siempre. Y eso es lo mejor que nos podría pasar, y más en estos tiempos tan convulsos por unas cosas y por otras. Y no creo que nadie deba criticar que esto suceda, nadie, porque no hay nada que sea criticable.
No hay entradas para el partido del sábado contra el Castellón en Paterna. Sí, no son muchas localidades, pero es un 20 de julio, un sábado por la tarde de verano, y la gente quiere ver a su equipo. Aquí ya no hablamos de caras nuevas, que también, sino de su Valencia, de los nanos del Pipo, de la gente de casa con la que vamos a ir a la guerra con todo. Y eso, al menos a mí, me emociona, me gusta, me llena como valencianista.
Hay otras lecturas y otros discursos, seguro, porque habrá quien se niegue a aceptar que esto sea así o que no tengamos jugadores para intentar entrar en la Champions, pero esa es una guerra en la que no podemos hacer nada, porque no llegamos. Tener intacto el sentimiento y el orgullo, eso sí podemos hacerlo nosotros sin esperar nada por parte del dueño o de nadie. Y eso ya queda en cada uno de nosotros, que cualquier decisión, al menos para mí, estará bien.