Conseguir que alguien compre el Valencia, esa es la meta

Confundimos el objetivo, y por tanto, cometemos un error capital, porque Lim quiere vender, por supuesto que quiere vender... a su precio

Toni Hernández | 17 JUL. 2024 | 00:04
mestalla

Me pregunto quién va a querer comprar el Valencia que nos está quedando, entre unas cosas y otras. Lo digo completamente en serio, y preocupado, porque aquí sólo pensamos en “echar a Lim”, que cada vez que lo leo me dan escalofríos pensando en que habrá gente que lo crea a pies juntillas, y hablamos muy poco, o más bien, de lo que tiene que venir después de él, de hecho, quien debe comprarle para que su salida sí sea de verdad efectiva.

Además del capital humano y social, que eso lo hemos tenido, lo tenemos y lo tendremos toda la visa si Dios quiere, un inversor, un fondo o alguien privado, quiere números, activos, cosas a las que agarrarse para que la transacción tenga un sentido empresarial y financiero. Y eso depende de que pasen cosas, que dependen del máximo accionista algunas, y otras, de la propia sociedad valenciana y de su clase dirigente.

Estamos olvidando el objetivo real, que es acabar con la etapa de Meriton al frente, porque no se trata de hundirlo, ahora al menos, sino de que venga alguien que le compre y lo aparte de la ecuación. Luego, cuando eso esté hecho, que cada uno haga lo que quiera, porque el Valencia podrá estar tranquilo, que al final es lo único importante.

Hablo con mucha gente de fuera de España que pregunta por el Valencia, que se interesa, que quiere saber qué pasa y qué puede pasar. Y que en este avispero actual no ser va a meter, porque el dinero es miedoso, no le gusta la inestabilidad, y ahora mismo, no nos rasguemos las vestiduras, somos un polvorín a punto de estallar, que es justo lo que más ahuyenta a cualquier tipo de inversor.

Eso es lo que pasa en la vida real, en la paralela, ya sabemos, “apretemos que lo vamos a echar”, porque de la deuda, del campo, de comprarle sus acciones y del futuro, ya se ocupará el maestro armero, como toda la vida.