Barajismo, barajista, valencianista
Empieza un nuevo curso, con el Pipo al frente, y de nuevo vuelve a ser ese clavo ardiendo al que agarrarnos con fuerza

No sé si somos del todo conscientes de lo que está haciendo Rubén Baraja en el Valencia. Cómo lo está haciendo. Y con quién lo está haciendo. La grandeza de este club no es sólo ganar títulos. Es poner al club y al escudo por encima de todo, incluido tú mismo. En apenas año y medio, la intensidad de todo lo vivido ha sido tal que la sensación de desgaste es algo que de alguna manera nos pasa factura a todos de una forma u otra.
Rubén es mi amigo por encima de todo, y ahora mismo, sólo hablo con él cuando perdemos. O cuando no ganamos. Porque insisto, el desgaste a todos los niveles es muy bestia. Y es un desgaste salvaje porque, a las muchas dificultades que tenemos en el Valencia, añadimos la necesidad de convertirnos nosotros mismos en un problema añadido. Y es que las burradas que se han dicho en todos estos meses, tanto de Baraja como de los jugadores, por más que se quiera decir lo contrario, no ayuda a nada ni a nadie. E intuyo que ya no da ni para desahogo.
Soy barajista y valencianista, y como dice un buen amigo, experto en barajismo, aunque esto último tampoco es “tan así”. Dije, y mantengo, que la mejor versión del Pipo sería como entrenador del Valencia, por muchas cosas, y desde luego así está siendo, y con los mimbres que tiene, que son los que son, y ahora mismo no me apetece volver a repetir lo que ya sabemos todos, y que no tiene solución, como pronto, hasta el mes de enero.
Empieza una nueva temporada, con muchos retos, y muy complicados, por delante. Podemos afrontarla de muchas maneras, porque aquí cada uno es libre, o al menos así tendría que ser, pero creo que no sería ninguna locura hacerlo igual que el Pipo: pensando sólo en el Valencia, poniendo toda la carne en el asador y colocando al club por encima de uno mismo.