Una venta del Valencia que permita fichajes en verano
No tener miedo a hacer traspasos, teniendo claro el relevo, siempre ha sido la pauta a seguir en los buenos momentos... y ahora no va a ser distinto
El Valencia de toda la vida vendería una gran estrella para firmar más jugadores. El de toda la vida o el de principios del siglo XXI, el mejor de todos los tiempos, que tuvo en ese patrón de actuación la base para todos los éxitos que se fueron cosechando. Hay un dato que conviene recordar para los más jóvenes. El Valencia jugó una final de Champions en 2000 con una delantera y un centrocampista estrella, y otra en 2001 cambiando a los dos puntos y a ese medio diferencial.
El Piojo, Angulo y Mendieta en una, Carew, Sánchez y Baraja en la otra. Ese era el mérito enorme de aquel equipo, de aquel club, sin miedo a vender porque sabía lo que quería comprar, y encima salía bien. ¿Tenemos que vender a Mamardashvili? Obligación ninguna, pero si viene alguien con al menos 40 millones de euros, desde luego que hay que sentarse y negociar, aunque sin aceptar, por supuesto, la primera oferta que nos pongan encima de la mesa.
La Premier va a venir a por él, lo sabemos y hay que estar listos. Para eso y para gastar parte de ese dinero en otro portero que nos dé puntos, como pedía el Pipo, en un central, en otro medio centro, un banda o dos y un par de delanteros que ayuden a meter goles a Hugo Duro. ¿Que eso no es posible? Pues claro que lo es, trabajando con tiempo y con criterio, y sobre todo, con cierta libertad para poder elegir lo que se quiere, e incluso lo que no se quiere.
Aquí no se tiene que malvender a nadie, por mucho que ese mantra quiera ser otra parte del relato que nos acompaña. La duda, en todo caso, deberá ser si Lim, Peter o Kiat, darán autorización para reinvertir al menos menos una parte del dinero ganado con las ventas. Porque en caso contrario, debemos poner el contador de nuevo a cero, con lo que eso significa.