Peleas por el Nuevo Mestalla, pero ningunas ganas de terminarlo

En Valencia, ¿quién quiere de verdad acabar el Nuevo Mestalla? Para empezar a contestar a esta pregunta, que es delicada, lo primero que debemos tener claro es que en el actual no nos podemos quedar por mil motivos. Ese debate debería estar superado hace casi dos décadas, porque el momento de negarse no es ahora, que es tardísimo, sino en 2006, cuando (casi) nadie dijo nada al respecto. Si no partimos de esa base, ya vamos mal.

Y hay otro factor que me llama la atención: a la ampliación de Paco Roig (gracias que se hizo) se le llamó el “Bunyol”. Hoy estamos enamorados de ese bunyol, y no nos queremos ir. Hace más de 25 años. La perspectiva del tiempo es algo curioso. Y claro que yo lloraré el día que nos vayamos, porque es mi casa, donde me llevó mi padre, y a él mi abuelo y yo a mi hija. Pero eso es otra cosa, otro tema, y no podemos mezclar las cosas de esa forma.

No hay voluntad real más que por parte de unos pocos. María José Catalá, la alcaldesa, es una de esas personas, pero como quiere hacerlo, es tildada de ayudar a Lim a no sé muy bien qué. El club tiene el dinero, desde hace casi dos años, pero guardado en un cajón, donde no hace papel. Pero aquí seguimos viendo bien que cada día algún pirómano monte un incendio, porque aunque no sirve para nada, se ve que debe divertir mucho a ciertos sectores.