La fractura social que hay en el Valencia es un pecado mortal

El Valencia está partido a nivel social. O algo mucho peor incluso, algo que se gestó en el proceso de venta, la mayor vergüenza de la historia de este club junto al descenso, y que durante 10 años se ha ido haciendo más y más grande, hasta llegar al punto en el que no vale ni que pasen las cosas que todos buscamos, sino que lo importante es aniquilar al enemigo… como si gente del mismo equipo que tú fuera mala por el hecho de pensar de forma distinta.

Se ha generado odio, que es algo terrible, y que tiene un cura difícil, muy difícil, porque encima requiere de tiempo, y ni siquiera hemos parado la escalada de barbaridades en la que estamos instalados hace ya demasiado.

Esta evidencia, porque lo es, se ha negado, se viene negando, siempre bajo la bandera de la guerra contra Lim, y en la que si no piensas, actúas y hablas de determinado modo, te conviertes en cómplice. Todo muy asqueroso, muy previsible, muy manipulado y manoseado. En esta ciudad no hay nadie, NADIE, que apoye a Peter Lim ni la gestión de Meriton. Pero sí hay distintas formas de ver la solución al problema, lo que no nos hace mejores o peores respecto a nadie.

Y eso, insisto, está generando odio. Odio entre personas que aman los mismos colores, que comparten recuerdos en el mismo estadio, que tienen una pasión heredada y transmitida de padres a hijos. Y lo peor de todo es que hay quien está haciendo que todo eso parezca, que no lo será nunca, algo normal. Debemos frenar esta barbarie, cuanto antes, porque ya estamos empezando a llegar tarde.