El trabajo de Baraja en el Valencia

Alcanzar los 40 puntos, faltando 33, lo hubiéramos firmado con sangre en el mes de agosto, y ahora es que parece hasta normal

Toni Hernández | 12 MAR. 2024 | 00:02
Rubén Baraja

La duda que puede haber con Baraja en el Valencia es el tamaño de su estatua en la puerta del campo. No entro ya en cuál será, que eso es terreno cenagoso, pero es obvio que, si no lo era ya, el Pipo está entre las 2-3 personas más importantes en la historia de este club. Y si por un casual, que no lo será tanto, consigue devolver al equipo a su lugar natural, y no digo ya ganar un título, no habrá palabras para poder describir su impacto en la entidad.

Hemos alcanzado los 40 puntos en los 27 primeros partidos, es decir, sobre 81 en juego, lo que significa casi un 50% exacto de los mismos. Para poner un poco en contexto: el Valencia que se clasificó por última vez para Champions sumó 61, sobre 114, o sea, un 53% de los puntos disputados. No significa nada, no quiere decir nada, pero los datos, sin recordar muchas cosas, se pierden por su frialdad, y eso hace que no se pueda valorar su importancia.

Pero es que si a los resultados le añadimos la inversión realizada, poco más de 10 millones de euros, lo que sale es simplemente bestial. Y además de todo, las cosas se han conseguido con calma, con sosiego, sin estridencias, sin que haya que rasgarse las vestiduras siempre por todo, sin dramatismo ni jugar finales en el mes de septiembre. Lo de Baraja no sé ya cómo calificarlo, porque cada semana es un poco más grande, para alegría de todos.