Hacer caso a Baraja en el Valencia

En el Valencia debemos hacer mucho más caso a Baraja. El Pipo tiene un “problema”, y es que no grita, no da golpes en la mesa, no se enfada para expresar su opinión. Su discurso siempre es desde la calma y la pausa, porque primero es su carácter, y segundo, sabe que a los incendios no se debe ir con gasolina, que eso suele terminar siempre muy mal.

Intenta quitar dramatismo a las situaciones, ha llegado a decir que los periodistas somos un poco retorcidos, que tiene toda la razón del mundo, aguanta estoicamente preguntas y peguntas sobre unos fichajes que todos sabemos que no van a llegar… Se le mete la mano en la boca para escupa fuego, y eso no pasa ni pasará, y también por eso recibe rascones, que aquí no se escapa nadie de cierto tipo de caza.

Lo primero es saber dónde estamos, y cómo estamos, que fue lo primero que hizo él cuando regresó al club hace cerca de un año. Y lo segundo es afrontarlo. ¿De verdad que alguien piensa que al Pipo no le gustaría dirigir un equipo del mismo nivel que en el que jugó, y por supuesto, conseguir esos mismos éxitos?

¡Que estamos hablando de un tipo que ganó dos ligas y llegó a jugar una final de la Champions League vestido de blanco y negro! Paciencia, cabeza fría, apoyo absoluto al equipo, y crecer todos juntos. “Es que luego Meriton lo tirará todo por la borda”.

Es posible, porque lo hace siempre, pero eso debe ocurrir, y hasta que pase, nosotros debemos ser fieles a nuestro escudo, a nuestro equipo, a nuestra realidad, que es la que es. Hacerle caso al Pipo no es querer menos al Valencia o aceptar todo lo que hace Lim. Simplemente es ser del Valencia. Que no significa que de otra forma no se sea, que estamos todos muy sensibles.