El Valencia y la lucha contra la ansiedad a corto plazo

La eliminación copera escoció a todos, primero a una plantilla que tenía mucha ilusión por llegar lejos en la Copa y también a Baraja, el Pipo es un valencianista más y conoce la importancia de esta competición para el valencianismo. La Copa siempre es un buen paño de lágrimas cuando no se lucha en la parte alta de la tabla y en esta ocasión la derrota ha dolido mucho más por lo inesperado del desenlace.

La temporada no se ha terminado en enero, la realidad así lo indica ya que el equipo mantiene opciones de lograr objetivos inimaginables a principio de temporada. Nadie dice que llegar a Europa vaya a ser sencillo, pero las opciones matemáticas están ahí y sin embargo algunos habla más de asegurar la permanencia que de dar un paso más. La crispación y el pesimismo ha vuelto al ambiente, también la sensación de que basta un mal resultado para tirarlo todo por la borda y olvidar las cosas positivas que se han hecho en las últimas semanas.

Baraja ha asumido que debe luchar con lo que tiene, superando dificultades y guiando a una plantilla deseosa de crecer. Esa debe ser la lucha de todos, también de una afición que en lo deportivo debe permanecer 100% al lado del equipo y no caer en el error de señalar a unos jugadores que se han levantado en un escenario terrorífico y sin el apoyo de la propiedad. La ansiedad cortoplacista no puede marcar el camino del Valencia.