Demasiada carga y esfuerzo para la joven plantilla del Valencia
La realidad se impuso a la esperanza generada por la copa, errores individuales pero una vez más la certeza de que la plantilla es muy corta
La línea era positiva, los resultados despertaron ilusión y en cierta manera nublaron la realidad. Incluso los jugadores se contagiaron de la euforia aunque tampoco se les puede acusar de falta de intensidad y motivación. Más bien la presión atenazó a la plantilla porque a pesar de que pueden competir ante cualquiera la juventud es un factor que en partidos a cara de perro juega un papel clave.
Al Valencia le costó asumir el papel de favorito y la gran lectura que se puede hacer del duelo es que la cruda realidad puso a los de Baraja en su lugar. El técnico rotó en algunas posiciones y en esta ocasión los cambios de la segunda mitad no le dieron resultado. Nervioso Yarek, impreciso Javi Guerra y fundido Diego López, el plan de partido salió torcido desde el principio y Benítez ganó la partida aprovechando dos zarpazos antes del minuto veinte.
Sin fichajes la temporada se va a hacer larga para el Valencia, ahora ya sin la copa el equipo tendrá algo de respiro en lo físico pero la decepción del valencianismo nubla cualquier atisbo de ilusión. Toca resetear, pensar en el Athletic y aprender de una derrota dolorosa que dejó retratada a una planificación deportiva que no puede recibir el aprobado.