Peter Lim no vende el Valencia, ahora

Si la mercantil no cambia "su cara", algo que va a pasar en el próximo año, el máximo accionista no va a hacer ningún movimiento

Toni Hernández | 01 ENE. 2024 | 00:02
Peter Lim

Peter Lim no puede arrastrar al Valencia al ridículo y someter a sus trabajadores, ya sean mejores o peores, a un bochorno constante y que les impide hacer las cosas con un mínimo de dignidad profesional. Entiendo que quiera cuadrar las cuentas, incluso que haya decidido no poner un euro más y que hasta donde llegue el equipo ha llegado. Pero una cosa es eso y otra muy distinta que nos someta a esta vergüenza sin parangón que supone el hecho de mendigar jugadores, de decirles que les vamos a fichar y que luego no podamos pagar ni cuatro perras por ellos. 

Esto es un brindis al sol, lo tengo claro, porque el hecho de que se diga esto todos los días, o que se le cante en Mestalla y fuera, o que se llame a todos los medios de comunicación del mundo, o que se le busque desprestigiar… Todo eso, que ya se ha hecho, no cambia nada, no ha cambiado nada, y seguimos estando tan condenados como el día que decidió apretar el botón rojo de la destrucción echando a Mateu Alemany.

Lo de Marcelino, que se enfade el que quiera, no lo veo igual, ni siquiera parecido, aunque eso no tenga ninguna importancia en el momento en el que estamos. Nada va a cambiar con Lim, absolutamente nada. Y lo que no me entra en la cabeza es que no hayamos comprendido cuál debe ser nuestra posición en todo esto, y qué se debe hacer para que este hombre no siga aquí. La posición beligerante, aún siendo completamente lícita, no nos saca del problema. Y tampoco se trata de darle al tipo lo que pida para que salga de sus entuertos, que aquí tampoco estamos para que se nos rían en la cara.

O al menos que no se rían más. O entendemos lo que hay que hacer, y lo hacemos, o estamos definitivamente condenados. Y decir esto no es apoyar a Lim, no seamos tan simples y tan bobos, por favor, que estamos ante un tema muy serio. Se tiene que vender el club y, para que eso pase, se tienen que dar una serie de pasos muy claros. Y o los damos o esta entidad se terminará arrastrando por el fango porque a él le da exactamente igual o, al menos, esa es la sensación que transmite con cada cosa que se hace, o con cada cosa que se deja de hacer.

Luego, los de aquí, el local management, se llevan todos los palos, los insultos y las burradas. Les decimos lo inútiles que son como si ellos no quisieran hacer las cosas de otra manera, y… ¡oye!, mano de santo para poder desahogarnos un poco, ¿no? Y no, que no. Que así no. Que tenemos que poner el Valencia a punto para su venta. Y cuanto antes mucho mejor. Y habrá quien vea en esta posición una defensa de Lim, o que me paga, o cualquier simpleza mental de las muchas que vemos casi a diario. Pero es que resulta que igual el objetivo es que den a ciertas personas la gestión del Valencia, que les regalen el juguete sin tener que poner un euro, y claro… cuando tienes claro que la salida es la venta a otro señor que ponga el dinero, el tema, a estas personas, se les complica, porque el chollo mental que tienen montado se cae como los palos del sombrajo.


Una cosa más, respecto al partido del Barcelona y los que nos quedan. Mestalla lleno, siempre, porque el Valencia está por encima de Lim y de cualquier otro que pueda mandar ahora o en el futuro. Siempre lleno. Y del equipo no podemos dudar, del entrenador no podemos dudar. Si lo hacemos estamos muertos porque, mira por dónde, no tenemos otros. Son ellos o nadie. Así que hay cosas con las que no se puede jugar. Por encima de todo está el club, el escudo, el legado y el futuro, y eso pasa por estar siempre en Primera, por no hacer el ridículo más de lo necesario y, por supuesto, en no mezclar las cosas, que a algunos se les ve venir de lejos y hasta con las luces apagadas. ¿Nos va a ganar el Barcelona? Pues bueno, ya veremos, que corran más que nosotros y podrán hacerlo. Nosotros a morir con los nuestros, como toda la vida desde hace casi 105 años de historia que tiene este club.