La vergüenza a la que Peter Lim obliga al Valencia

Peter Lim está llevando al ridículo vergonzoso al Valencia. Lo está haciendo todo imposible, marciano, lamentable. Porque una cosa es reducir el presupuesto, poner condiciones que sean duras para trabajar, y otra muy distinta que le pongas bombas en el camino a tu propia gente, que es la que se expone, la que da la cara y la que luego se la parten porque tú, máximo accionista, eres incapaz de respaldar ni una sola de las decisiones que se toman.

Carlos Vicente no jugará en el Valencia, que mira cómo estamos que es un problema, aunque no el mayor, ya que lo más grave es que lo del futbolista del Racing de Ferrol va mucho más allá de que no venga ni ahora ni en verano. Que eso le esté pasando a un club de Primera División, que le esté ocurriendo al Valencia, que nos esté pasando a nosotros, por el amor de Dios, es para tirarse de los pelos, para no entender nada y para estar muy cabreados.

El máximo accionista puede ajustar gastos e ingresos, que vaya, aquí no hemos tenido mucha costumbre nunca de hacer estas cosas, pero es lo que procede. Pero de ahí a no permitir un refuerzo de cuatro pesetas, ni autorizar siquiera que se le firme un contrato para junio, cuando vendría gratis, es bochornoso. Y no, no tiene que ver con Carlos Vicente o con cualquier otro, sino con una forma de trabajar que va a condenar a todo aquel que esté aquí.