Lo que está haciendo Baraja en el Valencia es superlativo
Cuando se tiene que tirar de profundidad de plantilla es cuando se ven las costuras, y por supuesto, el mérito del entrenador
Lo de Rubén Baraja en el Valencia es una especie de milagro del fútbol. Lo fue ya el año pasado, aunque haya quien lo siga negando porque aspirar sólo a salvarse es una vergüenza para esta entidad. Lo decía Marchena hace poco: "hubo algún momento en el que tuvimos miedo porque el equipo se iba". Hay algunas cosas que pasan de puntillas, sigo sin saber la razón, y otras que están todos los días encima de la mesa como si fueran algo realmente importante.
En el banquillo había hasta dos críos de 16 años, que al final es un buen resumen de cómo están las cosas, lo mismo que el hecho de tener que tirar de Fran, Thierry o Javi Guerra porque el partido se estaba poniendo negro como el carbón. No hay más, no se le tiene que dar más vueltas porque no nos va a llevar a ninguna parte, y si aguantamos así hasta mayo, y no sufrimos, será el equivalente a ganar un título, porque la hazaña va a estar pareja.
Llegará enero y no le traerán nada. O al menos no lo que él sabe que necesita el equipo. Y no montará un follón porque sabe que eso sólo perjudicaría a los chavales, y bastante hay con lo que tenemos delante como para andarnos con guerras que no aportan soluciones. No se merece todo lo que se está haciendo, ni él ni nosotros, pero es que no veo manera de cambiar las cosas y sólo entiendo la necesidad de mirar adelante. Porque al final, eso es lo que hace el Pipo.