El Valencia no está secuestrado, “simplemente” fue vendido
Algunos términos vienen muy bien para algunos relatos, pero la verdad suele dejar las cosas tan sólo como son, sin adornos

El Valencia no está secuestrado, lo compró un señor porque se lo vendieron. Un club que estaba en la más absoluta ruina y al borde de la suspensión de pagos. Si afirmamos cosas como esa, y utilizamos esos términos, estamos exagerando un presente que ya es muy duro, muy desagradable e impropio de una institución como el Valencia Club de Fútbol. La realidad es la que es y no hace falta darle tres vueltas más a la agonía, que ya tenemos bastante con lo que tenemos.
Voy a repetir una vez más una frase que dije en su momento: el día que Mestalla recibió a Lim como si fuera una estrella del rock, ese día, fue uno de los más lamentables de la historia de este club. Dejando esto claro, otra vez, insisto: un señor que igual no había estado aquí nunca fue el elegido por un patronato para ser el comprador del Valencia, pagando 90 millones de euros que limpiaron el trasero a mucha gente, porque el crédito de Bankia a la Fundación estaba en fallido en caso contrario.
Y que un tipo haga lo que quiera con su empresa, por muchas burradas que haga o errores groseros que haya cometido, es lo normal cuando pagas por algo. Lim es un castigo, sin duda y en muchos aspectos, pero no secuestró nada. Simplemente vendimos nuestra alma al diablo por cuatro pesetas, que eso se nos olvida muy rápido, y a partir de ahí vino todo lo demás. Nadie nos tiene que liberar de nada, simplemente hay que comprarle el club a Lim.