El orgullo de ser del Valencia en días como este

Creo que no hay orgullo más grande que ser del Valencia, y en días como este, si cabe un poco más aún. Porque es muy grande que estando en uno de los momentos más delicados de nuestra historia, vayamos al campo del Madrid y les tengamos a todos de los nervios. Sí, ya sé que confluyen otros factores, que el tema Vinicius está ahí, seguro que todo eso pesa, pero la campaña que han montado a costa de una mentira, y el tiempo que nos han dedicado algunos medios, y algunos periodistas, eso no se le dan a nadie al que no le tengan miedo, o al menos respeto.

Pero más allá de lo que piensen de nosotros allí, que me exactamente igual, lo que veo con mucha alegría es cómo estamos aquí, cómo se está viviendo la semana, cómo es posible que un grupo de críos y un puñado de veteranos al mando de una leyenda viva como el Pipo nos haya devuelto la autoestima y conseguido que aparquemos determinados problemas que tenemos en el club al menos de forma temporal.

Después de demasiado tiempo hay ganas, muchas ganas, de ver al Valencia, de seguir sus partidos, de observar la evolución de esos chavales que crecen ante nuestros ojos y que parecen no tener techo. Esa sensación de que cuando va el murciélago del escudo hay quien siente su sombra y las piernas le tiemblan. Si es que somos muy grandes, pero mucho, y que no nos duelan prendas en decirlo bien algo, sea cual sea el resultado de esta noche.