El equilibrio entre vender y reforzar, clave para que el Valencia no naufrague
La planificación de plantilla no puede quedarse en cesiones y jugadores libres. es necesario hacer un esfuerzo

La marcha de Yarek al PSV se ha cerrado con discreción, pero su significado va más allá de los 10 millones que dejará en caja. No solo se pierde a un central zurdo con proyección, se confirma la tendencia de otro verano en el que el Valencia vuelve a vender talento joven antes de consolidarlo del todo. A ello se suma la salida ya confirmada de Mamardashvili y los rumores cada vez más insistentes sobre la situación de Mosquera. El patrón se repite, aunque esta vez con un matiz importante: Yarek se había estancado y no convencía al técnico.
Para Corberán, cada perfil debe responder a una idea y cada baja debe venir acompañada de una alternativa real. No se trata de fichar por fichar, pero tampoco de asumir que el único mercado posible sea el de los cedidos o los jugadores libres. Porque si el Valencia quiere dar ese paso hacia adelante, necesita inversión.
Que Yarek se marche tan pronto debería encender alguna alerta. Especialmente si se repite la lógica de los últimos años: se vende, se cubre con lo que se puede y se espera que el técnico haga milagros. La dirección del club, ahora con Gourlay al frente, debe encontrar un equilibrio entre las necesidades económicas y las deportivas. Vender puede ser inevitable, no invertir, no lo es. Porque si Corberán está aquí, es porque se cree en un proyecto que necesita herramientas, no solo parches. Y si se quiere competir de verdad, lo mínimo es ofrecer al entrenador un once de garantías y una plantilla compensada. No basta con ajustar cuentas, es hora de construir el equipo con fichajes.