Hablemos en serio de la venta del Valencia

La venta del Valencia es un tema muy serio, mucho más que el hecho expresar de forma pública propuestas que no tienen ningún sentido y que pretenden que la solución pase porque el valencianista de a pie sea el que ponga el dinero. Y lo que hagan miles de aficionados. Para empezar, eso de que cada uno se rasque el bolsillo tiene unos 40 años de antigüedad, porque en 1986 ya se propuso, cuando la deuda era de “sólo” 1000 millones… de pesetas.

Lo hizo Vicente Andreu Fajardo, por cierto. Y no, esto no se va a solucionar así por más que quedamos todos, sino con un inversor, o varios, que le hagan una oferta conveniente a Lim, convincente para él, y que afronten la deuda neta del club, terminen el estadio y se pongan a trabajar para hacer un gran equipo. Todo lo demás está muy bien, es muy bonito y muy romántico, pero de forment ni un grà por más que insistamos en lo contrario. Por ello no es recomendable banalizar con este asunto, algo en lo que se cae con una facilidad que da auténtico miedo.

Sé que esto es impopular a todas luces, y que hay gente que ve fantasmas por todas partes, pero lo que procede es tener al Valencia en perfecto estado de revista para que alguien se decida a comprarlo y eso conlleve la salida de Lim, que al final es lo que nos podría pasar a todos en ese contexto. Pero hay demasiadas cuestiones cruzadas, buscamos venganza más que soluciones, y eso no nos va a conducir a nada bueno.

Y al final, si insistes, parece que tengas un interés desmesurado en que las cosas se arreglen de un modo u otro, cuando lo único importante es que el Valencia esté bien y sea un club fuerte. La venta del club, a diferencia de lo que pasó hace 9 años, debe ser tomada muy en serio, debemos implicarnos todos en la medida de lo posible, y priorizar lo que realmente es importante. Casi nada.