Baraja y la pretemporada de la exigencia
Su papel no es sencillo pero viendo el vaso medio lleno el Pipo sabe que tiene mucho que ganar partiendo de la exigencia con la plantilla

Rubén Baraja apura sus vacaciones pero al mismo tiempo tiene un ojo en la pretemporada que comenzará en pocas semanas, la plantilla con la que contará en el inicio poco tendrá que ver con el equipo que se encuentre en el mes de septiembre, en ese tiempo habrá novedades y otros jugadores abandonarán el barco. Por ello un número elevado de canteranos estará con el primer equipo en los primeros días de preparación, una oportunidad inmejorable de agradar al técnico y soñar con lograr una plaza en la plantilla.
Si algo tiene claro el Pipo es que no va a consentir desconexiones de sus jugadores como las ocurridas en la pasada campaña. Aquel contexto invitaba a tender la mano pero Baraja tomó buena nota de lo que no quiere en el Valencia. De entrada apuesta por tener rivales de entidad que hagan competir a los jugadores desde los primeros encuentros, las pruebas no definirán nada pero serán partidos en los que se notará la implicación o no de los futbolistas.
El reto de Baraja es de grandes dimensiones aunque se puede ver el vaso medio lleno. El Valencia parte de temporadas lamentables y Baraja tiene mucho que ganar a nivel deportivo si logra que la plantilla rinda de manera decente. El listón de exigencia está bajo y Baraja sabe que ese es uno de los mayores peligros. Evidentemente no va a hablar de objetivos antes de conocer los fichajes y salidas, incluso en el peor de los escenarios la exigencia va a ser máxima para que el equipo no vuelva a repetir las calamidades del pasado ejercicio.