Cuando la cantera del Valencia sirve para hacer demagogia
Se le da importancia cuando no hay nada más a lo que cogerse, y no sólo eso, sino que después se es selectivo según con quién
La cantera del Valencia es como los hijos en un divorcio en demasiadas ocasiones: un arma arrojadiza cuando deberían ser intocables por encima de todas las cosas. Lo digo como lo pienso, y quien me conoce sabe que no es una frase nueva, ni mucho menos. Que no se valora el trabajo de los profesionales es algo que lleva pasando años, muchos años.
Meriton ni sabía dónde estaba el Valencia cuando ya ocurría, por dejar el tema claro. Los jugadores han venido y se han ido, han subido al primer equipo y han bajado, se han consolidado o se han diluido, y el trabajo ha sido siempre el mismo, con mucho sacrificio, sin ningún foco y con poco agradecimiento cuando las cosas han salido bien.
Desde hace muchos años tengo el pensamiento, y lo he puesto en práctica, que niño que no quisiera estar en un equipo, carta de libertad y que siga su camino. Porque cuando tienen menos de 16, incluso en muchos casos cuando los tienen o son más mayores, son eso, nanos, y su única preocupación debería ser la de disfrutar.
Todo esto no son brindis al sol, repito que lo he puesto en práctica, y por eso, muchas cosas me dejan con la boca abierta por no decir otra cosa. Seguirán llegando niños que les “quitemos” a otros clubes, y otros clubes nos seguirán quitando niños, porque al final, su deseo manda por encima de todo. Y si de verdad pretendemos convertir eso en un asunto de estado, cuando no tenemos ni la menor idea de lo que estamos diciendo, es algo que nos debería hacer pensar a todos.
Primero porque son críos, y segundo porque ninguno de nosotros tiene los conocimientos ni la preparación, amén de la bola mágica, para saber qué va a pasar con todos ellos en el futuro. Por eso el fútbol es tan maravilloso, no lo olvidemos.