La vía de “echar” a Lim del Valencia no parece ser la justicia

“Hay que echar a Peter Lim del Valencia”, se dice muchas veces, de forma categórica, y dando a entender que es algo que sólo depende de “ponernos a la faena”. Hemos comentado muchas veces que el concepto “echar” es peligroso, porque genera una expectativa que no es real, porque no es tan fácil, ni mucho menos.

A Lim se le sacará del club cuando alguien le compre sus acciones, algo que sucederá el día en el que esté dispuesto a venderlas, por más que se diga no es así, y haya alguien que esté dispuesto a poner lo que él demanda, que es otro tema del que se habla poco. Ha rechazado ofertas de 300 millones de euros, porque él quiere lo que ha puesto, y algo más.

Y le importa un carajo cómo haya gestionado, por si no nos había quedado ya claro a estas alturas. La otra vía es la judicial. Y mira que se está intentando de todos los modos posibles, pero no hay un solo juez que haya dicho que Meriton ha desarrollado alguna actividad ilegal, o que la venta tenga irregularidades manifiestas. Ni tampoco que haya habido mala administración. Y no lo digo yo, lo dicen los jueces, aunque también se lee y se oye que estos están al servicio del poder.

La justicia y la política ya sabemos, sólo es buena si ganan los nuestros. La realidad es muy tozuda, muy terca y muy malvada, pero no deja de ser la realidad. Un comprador que quiere sumir todo lo que es el Valencia es la única salida real que tenemos, por más que nos queramos resistir a algo así. Podemos continuar haciendo lo que hacemos, hasta que no podamos más, pero el final del camino ya está escrito. Y decir esto, insisto, no significa que me guste, para nada, pero lo que yo quiero y lo que yo tengo no siempre es lo mismo.