El Valencia, los juzgados y la posición de Peter Lim
Nadie da marcha atrás, que me parece muy bien porque cada uno ejerce sus derechos como considera, pero el nombre del club se resiente

El Valencia y Meriton van a volver a los juzgados, el proceso de venta del club en concreto, y las decisiones que se sigue esperando que se produzcan si un juez falla a favor de los demandantes. No soy abogado ni magistrado, y por nada del mundo me atrevería a decir ni lo que se tiene que hacer, y mucho menos, lo que se debe fallar. Hasta la fecha, y eso es objetivo, ninguna de las demandas interpuestas ha llegado a ninguna parte, y aunque se intenta vender que sí, que es como cuando todos ganan al salir el EGM, lo cierto es que Lim y Meriton siguen exactamente en el mismo punto que antes de interponer la primera.
Que se quiera perpetuar todo en los juzgados es algo libre, que repito, cada uno sabrá lo que tiene que hacer, pero también habría que pensar, viendo cómo ha ido todo a nivel judicial en estos años, que el nombre que se mancha siempre, el que está en boca de todos, es el del Valencia, y se supone que debería ser sagrado. ¿Estoy diciendo que nadie demande? Válgame hacer o decir lo que ya hacen y dicen otros. Jamás haría tal cosa, porque lo llevé a cabo hace muchos años, y tengo claro que es un acto despreciable y en el que le faltas al respeto a quien se lo dices.
Lo que reitero, y que esto ya se lo tome cada uno como quiera, es que si una vía no nos está dando lo que queremos, igual deberíamos probar otra, distinta, diferente, de otro tipo, porque la única forma de obtener otros resultados es la de llevar a cabo procesos distintos a los actuales. Tengo claro que el sendero está marcado, que el relato es innegociable, y que el proceso se repite: pongo la demanda, genero expectativa, pasan unos días, me lo vuelven a tumbar, me quejo de la justicia y sigo diciendo que no voy a parar… para repetir la misma historia otra vez. El Valencia, pensemos en el Valencia, pero a nivel global, no sólo en lo que nosotros tenemos en la cabeza, que eso nunca es bueno.