Cuando los sueños como aficionado del Valencia, se cumplieron
Un cuarto de siglo nada menos desde aquella noche de París, donde sólo imaginábamos estar, y que fue el principio de algo enorme

Cuando era niño, soñaba con ver ganar títulos al Valencia. Lo hacía porque mi padre me regaló el libro “La Gran Historia del Valencia”, del maestro Hernández Perpiñá, y lo hizo en una época dura, muy dura, porque estábamos en Segunda, porque no jugábamos Europa, porque estábamos alejados de nuestra grandeza como nunca en la vida… salvo el descenso, gracias a Dios, supongo que todo nos suena como muy familiar por desgracia.
La Copa de Europa, que los de mi edad somos de eso más que de Champions, siempre la vi por la tele, porque nosotros, hasta 1999, sólo habíamos jugado 2 eliminatorias en la campaña 71/72. Cuando llegó el partido del Rangers en Mestalla, que ganamos 2-0, fue como una especie de culminación de viejos anhelos, pero claro, sin saberlo, aquello sólo era el principio.
Cuando el 24 de mayo de 2000, tal día como hoy hace nada menos que un cuarto de siglo, nos fuimos a París a intentar ganar esa maldita copa por primera vez, en ese momento, sí pensé que los sueños se puede cumplir.
Luego fue una pesadilla, porque no comparecimos en aquel partido, nos pasaron por encima y no hubo nada que hacer en ningún momento. Pero un chaval de 24 años, de 24, por aquello de que los niños ahora no han visto nada aún, volvió a tener 12, a leer aquel libro de su infancia, y a pensar que ser del Valencia es lo más grande que te puede pasar.