Del Valencia, siempre
De este año de mierda podemos sacar muchas conclusiones de todo tipo, y alguna que otra lección para el futuro

Ser del Valencia siempre, arriba o abajo. Mande quien mande, entrene quien entrene, juegue quien juegue. Lo demás no tiene importancia. Los demás tampoco tenemos importancia. A apoyar a mi equipo, a ayudar a mis amigos. A no discutir con nadie. Amunt, hoy y siempre. Escribo esto unas horas antes del partido contra el Villarreal, porque no me hace falta que se juegue para saber lo que siento, lo que he sentido toda mi vida, y lo que sentiré hasta que me muera.
Están siendo días, más bien meses y semanas, no ya de una dureza extrema por muchas cosas, sino con una tensión que creo que no se merece sufrir nadie. Olvidamos que todos somos del mismo equipo, que nos mueven los mismos colores, y eso es malo, muy malo, porque genera el ambiente que tenemos, que es más propio de una película de gánsters que realmente del entorno de un club de fútbol que se está jugando muchas cosas además de un posible descenso. Me cuesta mucho casi todo, y eso no es bueno. Ver los partidos, hablar de mi equipo, analizar las cosas con frialdad…
Si soy sincero, el que más tranquilidad y paz me da es Baraja, porque desde antes de firmar está convencido de que lo saca, y de ahí no ha salido en ningún momento. Estoy discutiendo con amigos hasta el punto de enfadarme de verdad, porque he dejado que la tensión se apodere de mí, y eso no es bueno. Y desde luego tampoco es sano. Lo único que saco en claro, y entiendo que no es poco, es que hay que ser del equipo siempre, da igual todo lo demás, y que sufrir, aunque a nadie nos gusta, también curte y hace más fuerte ese sentimiento.
Peter Lim tiene la culpa de todo, y se le recuerda cada día, aunque decimos muy pocas veces que sólo el dinero lo sacará de aquí, algo que nosotros no tenemos, ni tendremos. Y quizá por eso, simplemente por eso, el Valencia será nuestro siempre, sin necesidad de que las acciones estén otra vez a nuestro nombre. Pero bueno, qué sabré yo.