Samuel Lino y cuando las ganas ayudan menos al Valencia de lo que toca

Samuel Lino es el tipo con más talento ofensivo que hay en el Valencia. Hay otros que tienen otras cosas, eso no se pone en duda, pero en el global de cosas que se pueden ofrecer en un terreno de juego, el jugador cedido por el Atlético de Madrid es el que más recursos puede tener. Juega por dentro, por fuera, le pega con las dos piernas, puede ser segunda punta, extremo, media punta…

La calidad la tiene por encima de la cabeza, aunque el problema lo tiene en la toma decisiones, porque no opta por la más fácil en demasiadas ocasiones. Está en formación, esa es la cruda realidad, y eso le hace cometer esos errores, que dudo mucho que podamos ver solucionados aquí, aunque no descarto que se pueda quedar otro año más cedido, aunque eso es algo que nos queda lejos aunque estemos ya casi en pleno mes de mayo.

Si Lino es capaz de serenar, de calmarse, de levantar la cabeza y pensar, lo que diferencia a los buenos de los mejores, va a ser un futbolista como la copa de un pino. Ahora mismo me conformo con que haga 7 partidos, empezando por este mediodía en Cádiz, en los que las buenas decisiones superen, con mucho a las malas.

Que se traduzca en forma de goles y asistencia, que al final es lo que el equipo espera y necesita de un tipo con su talento y su visión ofensiva, que no en vano es el jugador que más dispara a puerta de toda la Liga. Lo bueno es que su implicación, a pesar de ser cedido y todos los condicionantes, sobre todo externos, que le colocan, está fuera de toda duda. Ojalá podamos contar cosas buenas de Lino de aquí a junio, será bueno para todos.