Los árbitros, el Valencia y la justicia

No soy amigo de Luis Rubiales pero nos conocemos desde hace muchos años. Hemos discutido y nos hemos puesto de acuerdo, y si soy sincero, tengo una buena relación personal con él, no puedo decir lo contrario, porque en tal caso mentiría. Tengo claro que cuando se le mete algo en la cabeza lo lleva a cabo, y no lo digo por decir, porque fue él quien llevó dos veces a la huelga al fútbol español cuando era presidente de la AFE. Llegó para relevar a Villar, que era un marrón de mucho cuidado, y cambiar las cosas en el fútbol español. Y lo está haciendo… pero a su manera, de eso no cabe duda.

No voy a entrar en toda su gestión, porque como pasaría con cualquiera, habrá luces y sombras, y gente a la que le parecerán bien unas cosas y mal otras. Ni tampoco en lo que pasa en su móvil, porque si cogen el mío igual la cosa es igual o peor, aunque está claro que yo no soy presidente de la Federación Española, claro. Pero lo que está pasando con los árbitros, y en este caso con el Valencia, que no es el único club que se ha quejado, y con razón, es algo que se debe analizar. El VAR vino a hacer más fácil la vida, y resulta que es todo lo contrario, y cuando 40.000 personas ven que un balón da en la mano de un jugador del Sevilla, pero el colegiado dice que no, entonces piensas en el concepto de justicia, y en que esa acción la has visto pitada de otro modo… pero siempre en contra.

Sancionar a los dirigentes, o a los jugadores, que alzan la voz porque deben hacerlo, tiene su gracia, porque si algo caracteriza a Rubiales es que no tiene pelos en la lengua. La amenaza de huelga es un error, y grave, porque da la excusa a la Liga para liberalizar el arbitraje, algo que se lleva pidiendo tiempo, mucho tiempo. Y si se diera, veríamos cuántos colegiados se cambiaban de bando. Porque Rubi, me niego a pensar que haya más cosas, no me entra en la cabeza, y espero de verdad no estar equivocado al respecto.