La venta del Valencia y sus posibilidades

Peter Lim no escucha a nadie que le llame para comprar el Valencia. Eso es algo que no podemos obviar, porque es así desde hace varios meses, e incluso me atrevo a decir que se está recrudeciendo mucho en los últimos tiempos. Hay mucha gente que ha llegado cerca del máximo accionista, sólo cerca, y la respuesta es la misma: nada. La sensación, la dura sensación, es que parece que lo esté dejando morir, que lo haya abandonado a su suerte por pura y dura inanición, y eso es algo terrible en todos los sentidos.

Lo peor de todo es que no tengo nada claro qué podemos hacer, porque si no quiere recibir a nadie, si el equipo sigue a la deriva, si el club no endereza el rumbo, si a nivel social esto cada día está más en pie de guerra, si los políticos tiran de elecciones para intentar llevarse las sobras, si la idea de algunos es refundarlo todo para empezar de nuevo aunque ya no seamos el Valencia…

No sé por dónde coger este toro, y como a cualquier valencianista que se precie, es algo que le reconoce por dentro, que no me deja dormir. Porque todo lo que ha pasado de un año para acá, la irrupción de Kiat Lim, la salida de Anil Murthy, la vuelta de Layhoon Chan… todo, no ha servido para nada, porque al Valencia, al menos al deportivo, se le ha dejado de la mano de Dios, y encima se ha encontrado una cabeza de turco en Corona, que teniendo su parte de responsabilidad, es el menos responsable de todos.

No sé qué quiere hacer Lim con nosotros, pero ha quedado bastante claro lo que no quiere hacer, es decir, invertir y enderezar una situación que él mismo ha torcido. Con ese contexto se hace muy complicado pensar más allá, por eso, cada partido, aunque sea un sufrimiento por todo, es un pequeño oasis en el que poder refugiarse.