Ajustando cuentas en el entorno del Valencia

El entorno del Valencia anda ajustando cuentas como si esto fuera el peor barrio de la ciudad, con actitudes poco menos que navajeras, y fomentando una violencia, espero que sólo verbal, que da entre miedo y asco. Que hay una guerra abierta es algo que vengo denunciando mucho tiempo, pero oye, como uno no sigue los mandados que se supone que debe, siempre se me ha mirado rato o, directamente, no se me ha mirado, que también me parece bien.

Que entre aficionados pasen estas cosas, sin verlo bien, lo puedo entender, porque el miedo y el nerviosismo, y en redes sociales el anonimato cobarde, hace que esto sea el paz nuestro de cada día. Lo que me parece ya mucho más peligroso es que la opinión pública se lance por el mismo camino, porque eso significa muchas cosas, y ninguna buena. Hace años que digo dos cosas del proceso de venta: la primera es que gracias a Dios no estuve presente ni estaba ya en ningún medio.

La segunda es que aquellos barros traerían estos lodos, y así está siendo. De entonces aquí hay quien ha cambiado de chaqueta, y era tan radical a favor de Lim como contrario es ahora, lo que deja el criterio con el trasero al aire, aunque eso ya apenas tenga importancia.

Sacar pecho porque el Valencia está en la mierda define a cada uno, al menos yo lo tengo claro, pero está generando una especie muy complicada, que encima rema con el viendo a favor de estar así, lo que genera el caldo de cultivo perfecto para determinada forma de expresarse. Si se quiere ajustar cuentas, adelante, y si eso hace que el Valencia gane el sábado, que es lo único que nos importa a muchos, mejor. Nadie está libre de pecado y todos tenemos muertos en el armario, pero que nadie olvide que el único sagrado e importante es el escudo, nadie más.