¿Qué solución tenemos en el Valencia a Peter Lim?

Peter Lim es el problema del Valencia, y ahora “sólo” nos falta la solución. En una semana salpicada por el conocimiento de las cuentas, que sigo preguntándome cómo es posible que sorprendan a nadie, ya que en el verano de 2021 no se vendió a nadie y eso debía salir más pronto que tarde, todos los dedos señalan al máximo accionista. Y con razón, no cabe duda, porque aunque hay cosas que él no puede controlar, a nadie escapa que su llegada era para que no pasáramos por estos problemas.

Que encima son los nuestros de toda la vida, pero con el matiz, más que notable, de que ahora tenemos un “dueño” que ni siquiera vive en nuestra ciudad. Eso no nos gusta, porque somos de poner a parir en el cara a cara, que sepamos seguro que, cuando le damos fuerte a alguien, le llega.

Va también en nuestro ADN, y no pongo pegas a ello. Repetir cómo estamos, pero de verdad y sin llevarlo todo al extremo útil en algunos contextos, y sin repetir una vez más lo que ya sabemos todos, la pregunta es: ¿qué hacemos? Porque la teoría está muy bien, y ya sabemos para lo que sirve.

Como las manifestaciones, los hashtags, que la prensa internacional ponga el foco en nosotros y todo lo demás. ¿Qué se puede hacer? Es más, y dando otro paso delicado, ¿se puede hacer algo? Porque no estamos aquí para regodearnos en nada, que ya está bien, sino para determinar hacia dónde podemos tirar.

Porque, ¿y si la única vía real es que Peter Lim haga bien las cosas y que de ese modo venda sus acciones a otro inversor? Porque el futuro, a no sabemos qué plazo, es ese, vayamos quitándonos de la cabeza eso de “devolver el club”. ¿Existe alguna solución además de pasarse el día quejándose por todo? Porque si la hay, si es real, vamos con ella.