La gestión de Meriton en el Valencia

Calificar la gestión de Meriton en el Valencia es un caramelo tentador. Y lo digo porque a todos se nos puede ir la cabeza diciéndoles lo más grande, en buena parte con más razón que un santo, y obviando cuestiones que son importantes, y sin las cuales, el análisis no puede ser completo de ninguna de las maneras. Los 8 años que llevan aquí han dado para mucho, bueno y malo, aunque es obvio que manda mucho más lo segundo que lo primero, por razones muy claras.

Nos metido 3 veces en Champions League, y en el resto de campañas nos hemos quedado fuera de Europa. Hemos ganado una final de Copa y hemos perdido otra. Hemos fichado grandes jugadores, hemos fichado muchos jóvenes en formato de cesión, hemos hecho grandes ventas y hemos regalado futbolistas. No hemos puesto una piedra en el Nuevo Mestalla, aunque nos ha llovido un dinero del cielo que ahora nos permite hacerlo.

Anil Murthy, con permiso de Lim, ha encabronado como nadie en 103 años a todo el mundo en la ciudad, y la sociedad civil se puso en contra de manera frontal. No hemos sabido hacerles una oposición media estable, ni orientar nuestro descontento en un solo mensaje. Hemos rebajado la deuda y pagado a los bancos como nunca antes en la historia, pero llevamos 3 años sin fichar como lo ha hecho el Valencia siempre. Hemos cerrado las redes sociales durante un año, y ahora que están abiertas el insulto es barra libre.

Hemos volado todos los puentes de valencianismo con la ciudad, pero se ha tildado de traidores a tipos como Voro o Arias. Tenemos un dueño que no viene hace años, que parece que esto le importe poco, y se insulta a su persona y a su familia como si tal cosa. Nos hemos acostumbrado a que todo vaya al revés en el Valencia, y cuando se endereza el rumbo parece que no nos venga del todo bien.

Queremos echar al máximo accionista, que se lo ha ganado a pulso, sin poner un solo euro y con manifestaciones en la puerta de Mestalla. Pretendemos que un inversor le compra y que nos devuelva de nuevo el club. La gestión de Meriton tiene muchas cosas, muchas más de las que acabo de citar. Y nosotros, parece claro, también.