El director deportivo del Valencia, con mando en plaza, tema pendiente

El fichaje más importante por parte del Valencia está pendiente. Al menos en este momento y que nosotros sepamos, porque no me termina de entrar en la cabeza que se estén dando, o preparando, una serie de movimientos deportivos en el club, y que justo tras ellos, vaya a aparecer la figura de un director deportivo que no haya tomado una sola decisión clave en la confección de la plantilla.

No me entra en la cabeza de ninguna de las maneras, pero ni a mí ni a nadie que tenga un mínimo de sentido común. Porque estoy seguro, o al menos quiero estarlo, que hay una persona que está al tanto de todo, que está siendo informada, que ha dado algún tipo de hoja de ruta determinada en base a un plan financiero de Meriton, y que hará su aparición en escena cuando Bordalás se haya despedido, que echado ya ha sido, cuando Corona se reubique y cuando Gattuso tome posesión de su cargo como nuevo entrenador del equipo.

Porque cualquier otra cosa sería otro sainete que no llevaría a ninguna parte, y tampoco es que esté demasiado convencido de que esta forma de actuar sea la más correcta, desde todos los puntos de vista posibles. Sigo pensando, y todo esto sucede en mi cabeza, en ningún sitio más, que Ramón Planes va a ser el hombre elegido, que ya está trabajando de algún modo, y que habla a diario con Jorge Mendes sobre todo esto. Incluso pienso que podría haber hablado con Lim, aunque nadie nos lo haya filtrado hasta la fecha.

Porque tampoco tendría ni pies ni cabeza que, un tipo con sus tablas y su experiencia, llegara al Valencia con todo el pescado vendido y atado de pies y manos en el mercado. Que venir aquí sigue siendo atractivo, vaya que si lo es, pero no si tienes claro que no puedes hacer absolutamente nada y que evitar el fracaso es el único objetivo realista que se pone delante de ti. Espero que todo tenga un sentido y que las piezas de este rompecabezas se junten cuanto antes, porque si ya me cuesta entender cómo está todo ahora, no quiero imaginar si no se le pone un mínimo punto de cordura.