El entorno del Valencia ante la situación más dura de la historia

Respeto, mirar al que piense distinto sin odio, pensar que el club es una cosa y Meriton otra muy distinta gracias a Dios...

Toni Hernández | 12 JUN. 2022 | 00:03
Valencia CF

Del entorno del Valencia dependen muchas cosas de las que pasen a partir de ahora. Todas no, por desgracia, pero sí algunas que pueden ser muy importantes. La unión real del mismo, algo que nunca ha estado claro, y que ahora mismo tampoco porque se exige una unidad de pensamiento que no entiende de poder ser realmente libre para expresarte, hace que todo sea mucho más complicado a todos los niveles.

Todos hemos detectado el enemigo común, Peter Lim y su gestión, pero no todos tenemos las mismas fórmulas para acabar con el problema. Y eso, en esta sociedad intransigente (algunos se igualan peligrosamente a Meriton en esto y parece que no se dan cuenta), está resultando un campo de batalla más. Ya hemos dicho que lo hecho hasta ahora ha calentado la tensión social, que el tiempo de esta gente aquí está más que agotado, que no hay nada que puedan hacer para cambiar la situación, y que pase lo que pase, nadie les va a volver a mirar ni regular, porque sólo se piensa en el día que se vayan.

Pero hasta que eso pase, lo que no es razonable es quemarlo todo, porque el Valencia no para y el fútbol no espera. El partido más importante del Valencia no sé si será echar a Lim, porque ya de por sí el término “echar” no tiene base sin dinero, pero lo que no podemos discutir es que necesitamos entrenador, jugadores y competir cada fin de semana, porque la Liga va a empezar en agosto, nos guste más o nos guste menos.

Ya hemos insultado al nuevo técnico, que no tiene la culpa de nada, vamos a poner a parir a los fichajes, sean quienes sean, y no descarto que incluso nos venga mal que al final renueve alguien, porque en la política de tierra quemada tengo claro que empieza a importar todo bastante poco. Y eso sí depende de nosotros, aunque tampoco pretendo yo convencer a nadie, que nos conocemos todos de sobra.