Cuando en el fútbol se entra en la vida privada, asco, miserias y vergüenza

Jamás en mi vida toqué un solo tema personal de nadie relacionado con el Valencia. Nunca en más de 25 años, y así seguiré. Es más, en alguna ocasión me llegaron cosas que casi prefiero olvidar, y mi modo de actuar fue llamar al club, decir lo que había, y que por favor le pusieran remedio. Damià Vidagany y Fernando Gómez pueden dar fe de ello. 

Cuando se nos va la cabeza de esta forma, cuando ya no hay límites ni respeto ni nada en absoluto, es como una selva en la que todo vale. Y eso, y me dirijo a todos los que lo fomentan, da asco y hace sentir vergüenza ajena. Porque os cagáis y os meáis en el escudo del Valencia, que no os importa, ya que sois unos rastreros que aprovechan las miseread humanas para tener notoriedad.

Me importa muy poco quién lo haga o quién lo haya hecho, y si son amigos se lo digo de la misma manera, porque me parece deplorable que se traspasen determinadas barreras. Esto es fútbol, y sentimiento, y cada uno tenemos nuestra vida fuera de aquí, aunque el Valencia sea una parte esencial de la misma. Si no hay un mínimo de respeto, de decoro, de sentido común, nada de lo que se haga en ningún sentido vale la pena.

Este entorno da mucho asco, pero mucho, y Meriton puede tener la culpa de muchas cosas, pero de esto somos responsables nosotros y sólo nosotros. Que cada uno tome nota de la parte que le toca si le da la gana, pero este club no se puede aguantar de esta forma.