Hay que contar lo que pasa en el Valencia, no lo que queremos que pase
La salida d Bordalás, su rueda de prensa de despedida, esuna nueva muestra de que las cosas no tienen un punto medio

Debemos contar lo que pasa en el Valencia y no lo que queremos que pase. Porque eso es una perversión de la realidad que puede derivar en barbaridades extremas, aunque a alguno parece que le dé igual, o incluso que lo busque apropósito porque le viene bien al relato. Estamos generando un ambiente en el Meriton está pasando de ser el problema, que lo es, a la excusa para todo lo demás, y si caemos en eso estaremos obligando cuál es el objetivo real, que es pelear por cambiar las cosas, no el generar bandos, matarnos entre nosotros y señalar al que no piense igual. No me gusta nada lo que veo, pero nada, en ningún aspecto.
Peter Lim es quebradero de cabeza para el valencianismo, porque no piensa vender y tiene un plan que no conocemos nadie. No piensa vender a nadie de aquí quiero decir, con todo lo que eso conlleva, y la solución hay que buscarla fuera, donde está el dinero, donde realmente nos pueden ayudar. Esto es algo que no se discute, porque el tiempo de Meriton ha terminado, y en eso no hay nadie que diga lo contrario, aunque pueda interesar el generar enemigos imaginarios cual gigantes que eran molinos de viento.
Pero distorsionar la realidad, generar una paralela, acusar de las mayores burradas posibles a cualquiera que ose no seguir a pies juntillas ciertos dictados, eso no, de ninguna de las maneras. Todos queremos que Lim venda y que venga alguien que nos haga más grandes de lo que somos, pero de verdad. Porque esa es la solución, que nadie se equivoque ni se vuelva loco, que la democratización es un término tan romántico como utópico.
No podemos perdernos más de lo que estamos, porque tener los pies sobre la tierra es algo básico para ser más fuertes, y por ello no podemos generar una realidad paralela, sino analizar la que tenemos delante, aunque no nos guste a ninguno. Porque si obviamos esa máxima nos estaremos condenando, por mucho que haya quien no quiera verlo, o me llame alguna de las idioteces de moda por decirlo. Que libres para opinar somos todos, no lo olvidemos nunca.