La reunión para el futuro deportivo del Valencia

El Valencia y Bordalás se van a reunir para planificar el futuro deportivo del club. Eso es algo que se tiene que dar, de la manera que sea, porque no hay otra opción y es como funciona cualquier club normal de fútbol que se precie. Pero más allá de nombres y posiciones, que es algo que se debe dar, lo que se tiene que dejar muy claro es cómo se va a trabajar, que se respete lo que se decida por encima de todo, y que nadie pise las parcelas que no le tocan. Y sin duda, cuando digo que el Valencia y Bordalás van a hablar, me refiero a que en todo esto ha de estar presente Peter Lim, porque no creo que nadie considere válido como interlocutor a Anil Murthy, por muchas cosas.

Al final, como en cualquier empresa que tiene un dueño, es con él con quien hay que hablar, al menos una vez al año, y tener claro qué es lo que quiere, y cómo lo quiere. Porque es posible que esa charla te lleve a decirle que cuente contigo… o que cojas tus cosas y te vayas a tu casa, que no sería la primera vez, ni mucho menos. Si queremos un proyecto de mínimos, me refiero a la gerencia, que se diga, y que se lo comuniquen al entorno y, por supuesto, al entrenador. Si pretendemos volver a nuestro lugar, y no sólo de palabra, ya sabemos que hay que invertir, y no poco, y se debe hacer de forma inteligente si en el que confías se llama José Bordalás.

Esa reunión no tiene que ser como una balsa de aceite, porque no es para eso, sino para decirse las cosas a la cara, para poner un proyecto en común, para salvar las diferencias que haya entre unos y otros para llegar al mismo objetivo, porque se supone que ahí es donde todos queremos ir. Pero si el máximo accionista no se implica en primera persona, como ya ha pasado en otras ocasiones en el pasado reciente, tengo claro que lo que se hable puede ser papel mojado. E intuyo que el técnico alicantino, y su entorno más cercano, piensan más o menos lo mismo.