Quién miente y quién dice la verdad sobre el Nuevo Mestalla

Se hace difícil afirmar quién dice la verdad y quién miente en torno al Nuevo Mestalla. Cuando se sientan las dos partes, el club y las instituciones, en este caso la Generalitat, y las versiones que salen desde ambas fuentes son tan distintas, y tan dispares, cabe pensar muchas cosas, y ninguna especialmente buena. El Valencia afirmaba que todo había ido bien, que se estaba más cerca que nunca y que se iba a presentar algunas modificaciones que se habían solicitado. Se hacía además de forma pública, en la boca de Anil Murthy y en la de Mark Fenwick, asistentes ambos a la reunión.

Los distintos cargos políticos que también se sentaron en esa mesa hablaban de tono beligerante de Germán Cabrera, secretario del consejo y abogado que manda sobre muchas cosas en el club, y que no se entendía la razón por la que había ido tanta gente por parte de la entidad de Mestalla. Todos hemos visto la “foto de familia” de esa enorme mesa, y aquello estaba abarrotado de gente por ambas partes, con lo que ahí todo el mundo jugó a lo mismo, sea lo que sea lo que se pretendía por parte de los que parieron esas idea en los dos bandos. Aunque hay algunos aspectos que me hacen pensar que, si bien todo no está tan hecho como dice el club, no creo que esté tan lejano que alguno sectores quieren hacer ver. Si de verdad la reunión hubiera sido una vergüenza, y de esas hemos tenido en el último año alguno, el terremoto que se hubiera armado habría sido de proporciones inimaginables. 

Y aunque ha habido movimiento, podemos decir que ha sido notablemente más tranquilo que las veces anteriores. De alguna manera, y repito, son sensaciones en base a la experiencia y a cierto conocimientos de los hechos y de las personas, es posible que se llegara al acuerdo total, de hecho es así, pero sí parece que se han dado pasos adelante, porque ambas partes saben que no tienen más remedio, que el dinero de CVC está, para eso estaba la Liga, y que todos necesitan quitarse ese muerto de encima. No sé quién dice la verdad y quién miente, pero tengo claro que todos juegan una partida… en la que nadie se puede permitir el lujo de perder, y para ello, se necesitan unos a otros como el respirar.