Los periodistas del entorno del Valencia no pueden ser el circo romano

Los periodistas que hablamos del Valencia deberíamos ser un ejemplo… y no lo somos. Como a la gran mayoría del entorno, y siento si a alguno esto le molesta, se nos ha ido el tema de las manos. Las guerras entre nosotros tienen más años que andar, pero jamas se ha entrado en temas personales (salvo algún caso de tipos miserables que se quedaban solos en cuanto se pisaba ese terreno), pero lo que ocurre ahora no se había dado nunca. Y no sólo eso, es que estamos generando ese caldo de cultivo para que el clima sea irrespirable, para que los bandos estén formados y enfrentados, para que vivíamos de forma constante en el conflicto.

Se señala a compañeros, se les destroza de forma pública, no se tienen reparos en usar a sus familias para ello… el espectáculo es lamentable, y no nos damos cuenta que prostituimos la profesión y la degradamos mucho más aún. Luego nos echamos las manos a la cabeza porque no se nos tenga en cuenta o no se considere serios, pero es que nadie en su sano juicio lo haría. Ni nosotros mismos si estuviéramos al otro lado. Hemos hecho de la palea pública nuestra forma de vida, e informar ha pasado a un segundo, o tercer plano, y sólo es una excusa para todo lo demás. 

No nos damos cuenta, o no queremos hacerlo, que somos los que más alentamos el enfrentamiento, porque no informamos, tomamos partido, y no sólo por cuestiones ideologías, sino también por meros intereses. Nunca hemos sido perfectos, de ninguna de las maneras, pero la deriva de los últimos tiempos es algo que no nos podemos permitir, porque nuestro oficio pasa por un momento extremo, y lejos de dignificarlo, con esto le damos la puntilla a muchos años de ser un referente social, algo que ahora mismo no existe. Una pena sin duda, pero en gran parte, generado por nuestra culpa.