Meriton no mejora al Valencia, ¿y quién está dispuesto a hacerlo?
Lo que hace y deja de hacer el máximo accionista es obvio, pero si no hay nada ni nadie que sea alternativa, estamos igual

El gran problema del Valencia no es Meriton, sino la falta de alternativa. Aquí no hay nadie que dé un paso real adelante para comprarle sus acciones a Peter Lim. Todo se resume en eso, y ya le podemos dar vueltas a esto ya, que eso no cambie nada en absoluto. Si no se le compra no se va, y hasta que no valga lo que él pretende (con el Nuevo Mestalla en marcha y las parcelas del actual vencidas, con los beneficios de la ATE), no se llegará a ese punto. ¿Que mañana llega alguien y apuesta por el Valencia de verdad todo puede ser distinto?
Sin duda, pero para eso es necesario que ese alguien se manifieste, que tenga el dinero que hace falta, y que se tire al monte con el actual contexto. Lo cierto es que no veo a nadie de aquí haciendo nada semejante. Los pocos que pueden llegar quieren, y de alguna forma los entiendo, y los que no pueden se lanzan a estrellarse contra una pared haciendo un ridículo tras otro, pero eso parece que ya tampoco tiene ninguna importancia. Me quema todo esto, como a cualquier valencianista que se precie, pero sin dinero no lo puedo cambiar.
Ni yo ni nadie, que esto nos afecta a todos por igual. Y si alguien ve en esta reflexión un “ponlos tú” entre líneas, que vuelva a leer, que no sabe por dónde sopla el viento ni en sus mejores sueños. Meriton es un problema para el Valencia, aunque hasta la fecha cumple con todos compromisos económicos, algo a lo que nl estamos acostumbrados por estos lares, y que quizá podrían explicar nuestra monstruosa deuda, y los años que llevamos con ella, que esto viene del siglo pasado, no es nada nuevo. El análisis está claro, y la solución lo mismo. Pero si nada pone el dinero, o la justicia dice lo contrario, y para eso debe haber delitos probados, juzgados y sentenciados, o tenemos una situación que debemos analizar con calma por el bien de todos, del Valencia el primero, sin lugar a ninguna duda.