El Valencia debe fichar dos centrales de forma urgente

Si sale Diakhaby es lo que hace falta, y si se quedara el galo, uno es lo mínimo que tiene que llegar a la plantilla

Toni Hernández | 04 MAY. 2022 | 00:03
José Bordalás

El Valencia debe cerrar el fichaje de dos centrales de nivel de forma inmediata en este mercado de verano. Sí, de dos, porque debemos pensar que Diakhaby puede salir si llega una buena oferta (a no ser que Bordalás diga lo contrario, que todo pide ser), y que Cömert, salvo que ese verano empiece con el equipo desde el primer y positivice todos estos meses en los que apenas si ha contado. Y si eso pasa, es evidente que vamos cojos, de efectivos y de nivel, que son dos cosas que van cogidas de la mano, no nos podemos llevar a error o confusión. Y el técnico alicantino debe dejar claro si va a jugar con 2 ó 3 centrales, porque ese es otro tema fundamental para saber de qué estamos hablando.

Y en cualquier caso, y pensando en el corto y medio plazo, que la quinta plaza fuera para Mosquera y no para alguien “de fuera” tampoco sería un contexto descabellado, por muy verde que anda el canterano. Omar Alderete y Gabriel Paulista parecen fijos e inamovibles, y de lo que estaríamos hablando es de completar un cuarteto que no nos haga ser de nuevo uno de los equipos más goleados del campeonato. Si Diakhaby se quedara, que repito, es algo posible, Bordalás seguirá reclamando otro perfil distinto, un Djené, que no necesariamente el jugador del Getafe, que no obstante, es su preferido y no lo oculta, que tampoco tiene la necesidad de hacerlo.

El sistema defensivo del Valencia debe dar un paso adelante, y aunque es obvio que la primera piedra es ese “6” que no tenemos desde hace dos años, lo siguiente es que atrás seamos una roca, eso que hemos visto siempre en los equipos del actual técnico valencianista. Habrá que invertir, que gastar, y todos sabemos cómo están las cuentas, y por eso se antoja complicado que el central galo pueda seguir, porque quizá, su venta pueda traer otras dos piezas que suban el nivel genial, que al final es de lo que se supone que estamos hablando, y que tiene que ser el objetivo de la dirección deportiva. Siempre y cuando la propiedad esté por la labor, que ese es el otro palo inevitable.