El papel de Amadeo Salvo en la venta del Valencia a Peter Lim

Afirmar que no tiene responsabilidad de nada es tan absurdo como afirmar que es el culpable de todo lo que le pasa al club ahora mismo

Toni Hernández | 09 ABR. 2022 | 00:05
Salvo y Lim

¿Cuál fue el papel de Amadeo Salvo en la venta del Valencia a Peter Lim? Esto es algo que debe contestar él y sólo él, pero también hay que tener claro que mirar sólo hacia un lado no basta para poder explicarlo todo en su conjunto. Que aquí hay muchos actores, y que las contradicciones en todo el proceso están a la orden del día. El club debía ir a concurso de acreedores, como les ha pasado a otros, y hacer una quita de la deuda gigante. Bankia era quien más perdía, y como de alguna manera eran los dueños reales del club, condenaron al Valencia a buscar un inversor. Primero para pagar el crédito de más de 90 millones de euros de la Fundación (Llorente, tu crédito, ya sabes), y luego para hacerse cargo de todos los compromisos, de todo tipo, que tenía, y tiene, la entidad.

¿Y qué hizo Salvo? Pues lo que hubiéramos hecho cualquiera en esa misma posición, y que era muy difícil y no le deseo a nadie: buscar un comprador para el Valencia. El proceso fue una vergüenza por parte de todos, había más buitres que en un cadáver en el medio del desierto, y algunos de ellos venían de la mano de ilustres valencianistas, que hoy en día aún se siguen dando palmadas en el pecho cuando hablan de estas cosas. La cara más dura que el cemento armado. ¿Salvo lo hizo todo bien? Pues no, claro que no, y servidor se lo dijo en la cara, en un palco, donde quizá no tocaba, pero lo hice.

Por cierto, me llegaron toda clase de insultos, de todo tipo de gente, muchos de los cuales hoy reniegan de haberlo conocido, lo que hace fortalecer mi teoría de la cara más dura que el hormigón armado por parte de muchos. Servidor, a día de hoy, tiene una buena relación con Salvo, porque cuando las cosas se dicen a la cara, no se tiene que tener miedo de nada. ¿Es el culpable de que el Valencia esté así? No, o al menos, no el único, o como poco, no el más importante. La clave de todo sigue siendo la misma hoy que hace 8 años: qué se negoció con Bankia, a qué le obligaron a comprometerse a Lim, y especialmente, quién vio el famoso contrato de compra-venta, que es lo único que nos sacaría de dudas a todos.