El Nou Mestalla y la polémica sobre la capacidad

Opinión/ Ya se conocen más detalles sobre el proyecto y hay opiniones para todos los gustos. Hoy nos detenemos en la capacidad que tendrá el estadio

Jose Hernández | 24 MAR. 2022 | 08:00
Nou Mestalla

El Nou Mestalla empieza a coger forma, tras más de una década con las obras paradas el Valencia y la ciudad empiezan a ver el final del túnel, al menos en cuanto a ver terminada la obra. Faltan los últimos permisos y licencias, los políticos tendrán la última palabra pero mientras tanto se van desvelando nuevos detalles, La polémica está servida ya que existen corrientes de opinión que no terminan de ver con buenos ojos las intenciones del club, respetando todas las posturas, sí que parece pronto para emitir un veredicto final aunque las palabras de Mark Fenwick merecen ser escuchadas.

Habrá mucho tiempo para discutir sobre la estética y comodidades del recinto, por supuesto sobre los accesos del mismo, pero hoy nos detenemos en uno de los aspectos que más dudas generan: la capacidad del Nou Mestalla será similar a la del estadio actual, al menos cuando se alce el telón. Aquí caben numerosas vertientes pero para muchos sí que es una noticia decepcionante. Está claro que quedaron atrás los años en los que las listas de espera para obtener un abono eran largas y Mestalla rozaba el lleno en cada partido. Llegados a este punto deberíamos preguntarnos cómo es posible que se haya llegado a esta situación y la afluencia sea menor que en los años noventa o a principio de siglo.

La marcha del equipo influye y mucho, si el club tuviera un proyecto deportivo estable y sobre todo acostumbrado a luchar con solvencia por un puesto Champions todos los años la situación sería diferente. Se ha producido un desapego que ni siquiera el hecho de haber llegado a dos finales ha conseguido mitigar, la masa social del valencianismo existe pero permanece alejada de Mestalla por las penurias de la gestión. No se puede justificar la baja asistencia por motivos relacionados con el fútbol global, la televisión manda pero no se ha perdido la conexión que produce el espectáculo en vivo. Obviamente para recuperar a la grada cabe establecer una política de precios abierta para todos y no solo para unos pocos; renunciar a ciertos beneficios rápidos para ganar en patrimonio social a la larga es mucho más valioso.

Aunque en el club se hable de que no será un estadio Low Cost, la reducción de aforo viene motivada principalmente por el recorte de gasto y no por una cuestión de practicidad para el aficionado. La posible ampliación en el futuro es un resquicio de esperanza pero no debería ir condicionada a la disputa de un Mundial de Fútbol o una Final de Champions. Hay que conseguir que vuelva la ilusión y con ella la demanda de entradas porque la ciudad y toda la provincia lo merecen, por población y por tradición futbolística.

Cambiar "a mejor" no es solo hacerlo en confort, ejemplos como los del Atlético de Madrid o el Athletic Club demuestran que un aumento de la capacidad (aunque sea pequeño) también representa un efecto llamada, indica ambición y ganas de crecer. Por ello, y a la espera del proyecto final y el comienzo de las obras, la capacidad planteada de inicio en el Nou Mestalla (menos de 50.000 espectadores) se antoja demasiado reducida y conformista.